P A S O S A N I G N A C I O
C A L F U C U R Á . E L P O D E R D E L A S P I E D R A S
Una película documental de Pablo Reyero
FICHA TÉCNICA
Dirección, Guión, Investigación y Producción
Pablo Reyero
Dirección de Producción y Administración
Eleonora Menutti
Dirección de Fotografía y Cámara
Pablo Reyero
Sonido Directo
Juan Pablo Lucas
Montaje
Lucas Boran
Postproducción de Sonido
Martín Litmanovich
Corrección de Color HD
Lucas Boran
Dosificación de Color Imagen 2K
Ada Frontini
Finish Postproducción de Imagen
Barco Digital
Inclusión Musical
Chamamé “Don Gualberto” de Tarragó Ros y Lugo Fernández
Interprétes: Los Hermanos Namuncurá
Mezcla de Sonido
TON Estudio
Asesoría Legal
Estudio Astorga, Robredo & Asociados
Asesoría Contable
Anabella Bobba
Duración
107 minutos
Calidad de Imagen 2K y Mezcla de Sonido 5.1
Una película de Pablo Reyero con apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA)
Octubre 2018, Argentina

sinopsis
Vida cotidiana, cultura y creencias de los descendientes directos del gran cacique Juan Calfucurá, principal líder espiritual, político y guerrero de la Nación Mapuche al este de la cordillera, y cuyo padre fue guía del general San Martín en el cruce de los Andes. Entre 1834 y 1878 la tribu de Calfucurá habitó las pampas, controló la extracción de sal de Salinas Grandes y un corredor milenario indígena entre los océanos Pacífico y Atlántico, por el que arriaron unos cincuenta millones de cabezas de ganado, en acuerdo con estancieros, funcionarios y militares transcordilleranos. Luego de la disparada durante la conquista del desierto, quedaron asentados en el estratégico Paso San Ignacio, en la precordillera neuquina, su hijo Manuel Namuncurá y unos pocos sobrevivientes de la tribu salinera con su cultura, los restos del beato Ceferino Namuncurá, y una antigua piedra sagrada - el Newen - a la que le atribuyen poderes sobrenaturales y haberlos salvado del exterminio del blanco.

motivación
Cómo mi madre supo de los salineros de Calfucurá y Namuncurá sobrevivieron a la conquista del desierto refugiándose en Trankura, es un misterio para mí. También que un día como al pasar mencionara cierto círculo de color gris azulado en el iris de los ojos de algunas mujeres de la familia, semejantes a los que más de una década después encontré en los ojos de descendientes salineras en La Pampa y Neuquén...Mis tatarabuelos y mis bisabuelos maternos habitaron el "desierto", y mis abuelos se criaron con nanas o "madres de leche" salineras. La nana de mi abuelo se llamaba Celina Coronel, era descendiente del cacique Colonel, primo hermano de Calfucurá y Antonio Namuncurá, con quienes por momentos tuvo diferencias por los campos de Salinas. Los relatos que me contaban siendo chico sobre Ceferino Namuncurá durante las fiestas y los veranos en la casa familiar, el acompañamiento de una extraña luz en ocasiones por el campo, los recuerdos de mi madre y mis tías sobre el paraje Ojo de Agua y el pueblo salinero y chacarero de Macachín, fundado por mi bisabuelo a solo 9 kilómetros de las Salinas Grandes, asiento del gran cacique Calfucurá y sus familiares más cercanos; la coexistencia con la tribu salinera y los relatos que a ellas les llegaron de las terribles matanzas y la dispersión de las familias indígenas con la conquista del mal llamado desierto (porque estaba lleno de gente de distintas tribus: mapuches, tehuelches, pampas); todo ello me motivó a querer realizar "Paso San Ignacio", en el paraje donde hoy habitan mayormente los descendientes del linaje Curá. Quise intentar descubrir cómo son hoy esas personas cuyo recuerdo era tan cálido para mi madre y que la movió a realizar su último viaje a Trankura...

enfoque
Se buscó retratar micromundos, mini-observaciones de los protagonistas, haciendo foco en su pertenencia salinera y singularidades culturales, sociales, económicas e históricas; captadas a través de atmósferas, situaciones, objetos significativos, acciones, comportamientos, entrevistas individuales y de conjuntos; poniendo atención a sus vínculos afectivos, relaciones interpersonales, conexiones y resonancias con acontecimientos, dichos, saberes, costumbres y mitos del pasado. El relato privilegia sus sentimientos, valores, deseos, temores, contradicciones, anhelos, angustias, sueños, pesadillas. La verdad de los protagonistas reside en que ellos mismos exponen sus vidas en los lugares que frecuentan y revisten importancia significativa para la historia. El pacto de confianza establecido es que no hubiese experiencias prohibidas al diálogo. Así, el espectador podrá acompañarlos en sus ocupaciones y diversiones, comprender sus expresiones de afecto, odio, indiferencia, admiración o celo; presenciar situaciones que comportan códigos, valores, creencias, limitaciones y experiencias de vida que quizás puedan resultarle afines. La estructura narrativa esta asentada sobre la caracterización de los protagonistas y entorno del presente, sus ancestros y reminiscencias del pasado, su relación con los espacios, cultura, arte, lengua y creencias. Se busca hacer comprensibles los estados del alma con acciones y atmósferas de los lugares. Los espacios naturales de las locaciones son atravesados por mitos y fuerzas luminosas y oscuras. Humanos, espectros, mensajeros, animales, árboles, interaccionan en un mismo continuo, como ocurre en el mundo mapuche y su cosmogonía. Se buscó plasmar imágenes poéticas sugerentes para el sistema nervioso, estimulantes de áreas de sensaciones y sentimientos diferentes a la mera ilustración; y al mismo tiempo comunicar las cosas de la forma más directa posible.